Observa el buitre,
cuando su zarpa intenta agazapar
al colibrí que en su huída
tiene rotas sus alas,
y sus verdes plumas
alborotan su nido;
que miseria invade
con frío que en su sangre maltrata,
asustadizo queda en su ramal
sin poder maniobrar su avivar
y esperar,cuando llega su final.
Boca de hambrienta perdida
quién nace para despertar en su sufrir,
y contemplar como la suerte desampara
dándole como condena su dormir.