...seguidamente el razonamiento no significaba nada.Duras y con gran frialdad las palabras de aquella vieja mujer que agonizaba entre el reloj del miedo, en medio de toda la intemperie y que tan ni siquiera se movía.
Dejaba que su hálito divagara por donde la dejaran,entre corrientes y a la espera de que alguna persona le cogiera por su mano y la llevara por un camino de mútua templanza.
Hoy dicen que ha salido el sol,brillante e impugne y que sus ojos no dejaban de mirar hacia el cielo...
Terrible, llegó la muerte envuelta en locura.
ResponderEliminarSaludos cordiales Mía
Hasta pronto.
Precioso Mía!! ese sol: "brillante e impugne" ...
ResponderEliminarQué belleza!
Cariños!
seguro pensaba y pensaba.
ResponderEliminarHola Mía... linda prosa, aun con la melancolía que genera la situación que describes...¡Cuánta soledad hay en el mundo!
ResponderEliminarRecibe un fuerte abrazo.